En el verano, en cierto modo, es el momento del año en el que estamos sometidas a una mayor exposición. Debemos ser previsores y organizarnos, calendarizar todos los tratamientos o servicios corporales que necesitamos para que no nos pille el toro debajo de la sombrilla.
¿Qué es un peeling?
El peeling es un tratamiento cutáneo, específico para eliminar las células muertas de la piel o la descamación superficial. Dicho tratamiento aporta frescura, suavidad, luminosidad y limpieza a la piel. Nos hace vernos mejor y sentirnos mejor.
Su objetivo principal, por tanto, consiste en limpiar la piel en profundidad, purificarla, oxigenarla y darle elasticidad. Lo que contribuye
favorablemente a la hora de tratar cicatrices, arrugas, estrías, imperfecciones o acné. Además de esto, ayuda a rejuvenecer la piel.
¿Cuándo tengo que hacerme un peeling?
Como decíamos antes, el peeling es perfecto para preparar la piel para el verano, pero también para cuidar la piel tras los excesos del verano, sobre todo los relacionados con el sol. De manera que es muy recomendable hacerse un peeling antes de comenzar el verano, para dejar la piel lisa antes de las largas exposiciones al sol y de los días playeros.
Pero también conviene hacerse uno posteriormente, para hidratar y proteger la piel de los posibles daños externos, a causa del sol, la sal, el cloro… No es verdad, por cierto, que el bronceado desaparece antes cuando se usan estos tratamientos, así que descuida. La única diferencia, cuando te realices uno, es que tu piel estará morena, pero también tersa e hidratada.